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Viernes 18 de febrero de 2000
MUSICALES 2000:
Corrientes superstar
Al mejor estilo Broadway, las marquesinas de la calle corrientes
anuncian tres comedias musicales, sólo para empezar. El domingo
estrena 101 Dálmatas y en marzo se sumarán Mi Bella Dama y Los Miserables.
La tendencia incluye hasta el traslado al género de la porteñísima
La Nona.
OLGA COSENTINO / IVANA COSTA
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ESTILO BROADWAY. En la calle Corrientes,
se anuncian tres musicales.
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101 Dálmatas Mi Bella Dama Los Miserables Pequeño Broadway ilustrado Los teatros se pusieron a tono Por un musical nacional, que hable de nosotros
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El género pide espectacularidad. Si el ascetismo o
la economía de recursos pueden ser virtudes en el teatro de prosa,
la comedia musical tiene que derrochar lujo escénico. Y por lujo
escénico debe entenderse tanto la opulencia y variedad del vestuario,
la apabullante escenografía o la última tecnología aplicada a
la sonorización y las luces como las habilidades del elenco para
actuar, cantar y bailar y el plus que añade algún nombre famoso
en los papeles centrales.
Estas exigencias justificaron históricamente la escasa oferta
que, en materia de musicales, y tomando como referencia a Broadway,
tuvo siempre Buenos Aires.
Como si se hubiesen aunado las voluntades y las cuentas bancarias
de varios productores vernáculos, la temporada 2000 arranca con
la implícita promesa de revertir aquella tendencia. A 100 metros
del obelisco y en un radio de menos de 50 metros sobre la calle
Corrientes, los tres musicales que están a punto de estrenarse
no parecen haberse fijado en gastos.
El domingo, el Gran Rex arranca con 101 dálmatas - Más bellos
que nunca, versión escénica del relato de Dodie Smith (el
mismo sobre el que la Disney tiene la exclusividad de los derechos
para el cine). Con Reina Reech como la malísima Cruella De Vil,
el elenco incluye entre otros a Déborah Warren, Diego Olivera,
Henny Trayles y más de 40 perritos de la raza requerida por la
historia. La producción debió realizar aquí una inversión atípica:
los honorarios de entrenadores caninos que -cabe suponer- alguna
idea tienen que tener del método Stanislavsky.
A diferencia de los famosos musicales internacionales, 101
dálmatas no viene premoldeado de Broadway ni de Londres. Tampoco
es una adaptación de las películas de Disney. El director Claudio
Gallardou se inspiró en el relato original y adelantó a Clarín
que si en los conocidos filmes de animación los protagonistas
son los perros, aquí eligió fortalecer la importancia dramática
de los personajes humanos. "A los animalitos dibujados se los
puede hacer actuar muy bien; en vivo, arriba del escenario, se
complica un poco". Además, Gallardou agregó temas musicales, cuadros
de acrobacia y gran despliegue escenográfico en el que interactúan
video, teatro y efectos especiales.
Dos semanas después, con Mi bella dama, el recuperado teatro
El Nacional renacerá de sus cenizas. Incendiado en 1982, su escenario
albergó por primera vez ese título en 1961, con Rosita Quintana,
Pepe Cibrián, Beatriz Bonet y Duilio Marzio entre sus intérpretes.
Ahora serán Paola Krum y Víctor Laplace quienes encabezarán un
elenco de 60 artistas entre bailarines, cantantes, músicos y acróbatas.
Para montar esta versión local de My Fair Lady (el musical
inspirado en Pygmalion,de Bernard Shaw), el responsable
del teatro, Alejandro Romay, contrató al inglés Mick Gordon (Art,
Closer) e invirtió 2 millones de dólares en la producción.
El tercer megaespectáculo subirá al escenario del Opera el 22
de marzo. Desde su estreno londinense en 1985, el musical Los
miserables (sobre la novela de Victor Hugo) ya fue montado
en casi todas las grandes capitales. Aquí, con Juan Rodó en el
rol protagónico, ocupará el teatro que ya fue remodelado el año
pasado para el estreno de La Bella y la Bestia. Ken Calswell,
el director de actores, no cree que se trate sólo de clonar un
espectáculo rendidor y reproducirlo en distintos escenarios del
mundo. "Cada país tiene sus miserables -diferencia- y el mismo
Víctor Hugo dice que siempre habrá injusticia en la sociedad".
Juan Rodó ratifica ese concepto: "Los directores nos propusieron
investigar relaciones entre la anécdota que cuenta Los miserables
y la historia argentina. La hipótesis de ellos es que lo que cuenta
la obra se relaciona con la dictadura".
Mientras se dan los últimos toques a los brillos con que las tres
salas vecinas competirán por el asombro de sus espectadores, unas
cuadras más allá sigue mostrando sus colmillos el Drácula
de Pepe Cibrián Campoy. Y además, el padre de la criatura ya prepara
una nueva versión de su musical Calígula que desde junio
llevará al interior, y una adaptación musical de Las mil y
una noches que aspira a estrenar el año próximo en el Luna
Park.
Para el resto de la temporada Romay anuncia El Zorro vivo o
muerto, también en El Nacional. Dirigirá Claudio Hochman con
Fernando Lúpiz como protagonista. Hasta La nona, de Roberto
Cossa, se volverá musical, con adaptación de Eduardo Rovner y
dirección de José María Paolantonio. Y Carlos Abregú promete para
agosto, con motivo del Jubileo del año 2000, presentar en Roma
y ante Juan Pablo II Hechos de los apóstoles.
La decisión de artistas y productores está tomada. Pero falta
todavía la aceptación del público para que la calle Corrientes
termine por parecer, de veras, la sucursal latina de Broadway.
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