ROMA (De nuestra corresponsal).-
A las 19 (las 14 en la Argentina), argentinos y chilenos -que el Comité
de la XV Jornada Mundial de la Juventud quiso que estuvieran juntos
y muy cerca del palco para recordar la mediación papal por el conflicto
del Beagle- entonaron con toda su fuerza "Sólo le pido a Dios",
el famoso tema de León Gieco, que interpretó el joven cantante folklórico
de Luján Luciano Pereyra, de 18 años.
En una imagen sobrecogedora, se entremezclaron banderas argentinas
y chilenas, mientras se unieron al coro uruguayos, venezolanos,
colombianos, ecuatorianos y jóvenes de otros países de habla hispana,
que, a viva voz, pidieron a Dios "que la guerra no nos sea
indiferente".
Luciano, que fue seleccionado por un comité de la Santa Sede para
representar a los jóvenes latinoamericanos, cerró la serie de encuentros
musicales que protagonizaron jóvenes de todos los continentes a
lo largo de la sofocante tarde.
Emoción en el campus
Vestido con pantalón negro, camisa blanca y poncho al cuello, Luciano
cantó, saltó y bailó al ritmo de la canción junto a su grupo, visiblemente
emocionado y feliz. Cuando culminó su actuación, el grito "¡Argentina!,
¡Argentina!" invadió e hizo vibrar el gigantesco campus.
El joven cantante argentino llegó a Roma por primera vez el jueves
último y pasó todo el día de ayer ensayando. No pudo quedarse a
la vigilia: mañana tiene programado un recital en la provincia de
Salta.
Aunque cuando actuó Luciano el Papa aún no había llegado a Tor
Vergata, más tarde otro grupo argentino sí tuvo el honor de exhibirse
ante el Pontífice. Se trató de Banuev
(Buenos Aires para una Nueva Evangelización), una agrupación de
40 cantantes liderada por Carlos Abregú, que entonó el famoso himno
"Un nuevo sol se levanta", del Encuentro Nacional de la
Juventud realizado en nuestro país, en Córdoba, en 1985.
Vistiendo la camiseta de la selección argentina de fútbol, también
ellos fueron ovacionados por el festivo público latino.